Los niños son muy activos y les encanta jugar y explorar. Sin embargo, esto también implica un mayor riesgo de sufrir lesiones como caídas, golpes, torceduras o esguinces. Estas lesiones pueden afectar a los huesos, los músculos, los tendones o los ligamentos de los niños, causando dolor, inflamación, limitación de movimiento o deformidad.
¿Cuando buscar atención médica?
Ante una lesión infantil, lo primero que debes hacer es aplicar hielo en la zona afectada y mantenerla en reposo. Si la lesión es leve, es probable que se resuelva con estos cuidados y con analgésicos o antiinflamatorios. Sin embargo, si la lesión es grave o no mejora con el tiempo, debes acudir a un especialista en traumatología infantil. Algunos signos de alarma son:
- Hinchazón o deformidad importante de la zona lesionada.
- Dolor intenso que no se alivia con medicación.
- Dificultad o imposibilidad para mover la articulación o el miembro lesionado.
- Fiebre, enrojecimiento o supuración de la herida.
Cuenta con Especialistas
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